CURIOSIDADES SOBRE LA TORRE EIFFEL

Todo el mundo sabe que la Torre Eiffel es uno de los monumentos por excelencia de nuestra era. No hay turista que se precie que haya visitado la capital francesa y no se haya hecho un selfie con su pareja, con la dame de fer (en francés, la dama de hierro, como denominan algunos parisinos a la famosa torre) de fondo, y es que… ¡no hay estampa más romántica!

Sin embargo, este símbolo de París oculta muchos otros secretos y curiosidades apenas conocidos. ¿Para qué se construyó la torre? ¿Sabías que al principio a los vecinos de París no les hizo mucha gracia que les plantaran semejante armatoste en su bella ciudad? ¿O que podría haber estado muy cerca, en Barcelona? Pues estas y otras cuantas peculiaridades te vamos a desvelar en este artículo.

La Torre Eiffel es una estructura de hierro diseñada por Maurice Koechlin y Émile Nouguier y construida por el arquitecto e ingeniero francés Gustave Eiffel. Se construyó en 1889, con motivo de la Exposición Universal, que ese año se iba a celebrar en la ciudad de París, justo cuando se conmemoraban los 100 años de la Revolución francesa. Tardaron 2 años, 2 meses y 5 días en construirla. Está situada en un emplazamiento maravilloso, en el Campo de Marte a orillas del Sena. Aunque realmente el arquitecto pensó en otras ciudades para instalar su obra. Barcelona fue una de ellas, pero en nuestro país rechazaron llevar a cabo el proyecto. ¿Cómo hubiera sido tener la Torre Eiffel junto a la Sagrada Familia? Eso nunca lo sabremos…

Al principio se pensó que una vez finalizada la exposición, la torre fuese demolida, pero la armada francesa le encontró una nueva utilidad; ubicaron en ella una antena de radio para realizar sus comunicaciones oficiales, y gracias a esto se libró de quedar reducida a un amasijo de hierros listo para ser fundido.

Esto de las comunicaciones no solo se le ocurrió a la armada francesa: cuando los nazis ocuparon la ciudad, también la usaron para retransmitir la televisión alemana.

Y es que eso de colocar antenas y obtener buena señal era algo ideal dado que la Torre Eiffel mide nada más y nada menos que 324 metros de alto. Al principio se plantearon llegar a los 350 metros, sin embargo, los habitantes de la ciudad de París en aquel momento no estaban muy conformes con su construcción. Pensaban que era demasiado moderna, que rompería con el estilo imperante y que no quedaría bien con el resto de edificios que guardaban más o menos una misma proporción de altura.

Para ascender a la cima de esos más de 300 metros, hay que enfrentarse a la friolera de 1662 escalones.

Además, cada lustro hay que darle una mano de pintura, ya que las inclemencias del tiempo y el ajetreo de turistas hacen que su superficie se deteriore y el metal corre peligro de corroerse. Así que hay que invertir unas 50 toneladas de pintura para cubrirla completamente y protegerla bien, que Torre Eiffel solo hay una…. ¿o no? Pues lo cierto es que en realidad hay unas 17 reproducciones repartidas por el mundo, aunque no todas son idénticas. La más alta mide 165 metros y la encontramos en Las Vegas, y la más pequeña está en Michigan (en otra ciudad que también se llama París) y mide 3 metros. Una de las reproducciones más bonitas, por lo idílico de su emplazamiento, es la de Praga.

La torre auténtica es la que más altura alcanza de todas y también fue la edificación más alta del mundo durante algo más de 40 años, pero en 1930, con la construcción del edificio Chrysler de la ciudad de Nueva York, el título le fue arrebatado.

Quizá ya no bata récords en altura, pero lo que sí continúa siendo es el monumento que más visitantes recibe anualmente, con más de 7 millones personas que disfrutan de ella cada año.

A pesar de la cantidad de turistas que la visitan todos los años, esta magnífica torre sigue manteniendo algunos secretos que han permanecido en lo oculto durante mucho tiempo, pero desde hace poco estos lugares escondidos de la torre, reservados únicamente para unos pocos afortunados (el personal que trabaja en las instalaciones), pueden ser visitados. Eso sí, siempre acompañados de un guía. Así, espacios como la imponente sala de máquinas, la llamada “galería técnica” o un curioso bunker construido en la Segunda Guerra Mundial están actualmente al alcance de todos.

En la parte más alta de la torre hay una luz giratoria que permite ser vista desde varios kilómetros, pero si aun así no alcanzas a verla desde tu casa, lo mejor es que construyas tu propia Torre Eiffel armando alguno de nuestros puzzles. Así siempre podrás disfrutarla 😉

 

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